En El Blog de K. Bourbaki hacemos uso intensivo de Html5, MVC4 y JQuery, nos verá mucho mejor con Chrome.
Hasta hace unos años yo era un buscador compulsivo de betas, lo confieso.
La β (Beta) de una cartera es un número abstracto que relaciona los retornos de esta cartera con su mercado de referencia considerado como un todo.
Por ejemplo, una cartera con β cero quiere decir que sus resultados no están correlacionados con el mercado, una β positiva significa que hay una parte del resultado de la cartera correlacionado directamente con el mercado, y una β negativa implica una correlación inversa.
Evidentemente, el mercado considerado como un todo tiene una β positiva e igual a uno. Vender el mercado tendrá β negativa e igual a -1. Ir apalancado tendrá beta mayor que uno en el sentido que corresponda.
El coeficiente β es un parámetro clave en el Capital Asset Pricing Model (CAPM), que es -o mejor dicho ha sido- generalmente admitido como la panacea para los gestores, desde Markowitz, Sharpe, etc.
La β se calcula con métodos de regresión de la cartera -de sus componentes- contra el índice de referencia.
En conferencias, charlas e incluso en gestión real he defendido el papel que la ponderación de activos tiene en la composición de una cartera. He sido un fan de Markowitz, Sharpe y Brinson, cuyas técnicas he utilizado siempre con mayor o menor fortuna -aún ahora lo hago, pero con más precauciones-.
Alfa, Beta y los Hedge Funds
Ya hemos visto lo que es β, nos importa ahora su papel en el modelo de una cartera.
Según la teoría moderna, ahora denostada pero válida para nuestros propósitos en esta entrada del blog, el comportamiento de una cartera responde a esta formulita: \[ R_{cartera} - R_{libre} = \alpha + \beta \cdot \left ( R_{indice} - R_{libre} \right ) + \epsilon \] Veamos un par de ejemplos:
Si invertimos en un Depósito del Banco Santander al 3% cuando el Euribor está al 1,4% y tomamos como referencia de nuestra inversión la referencia lógica para la Renta Fija -que es el propio Euribor-, vemos fácilmente que el segundo sumando de la derecha, el factor β( Rindice - Rlibre ) es igual a cero, sea cual sea β.
Vemos también que ε, que es el riesgo intrínseco de la inversión, riesgo no diversificable o -en raro- riesgo idiosincrático, también será cero supuesto que el Banco Santander va a pagar el Depósito.
Así pues sólo nos queda calcular α mediante una simple resta: α = .03 - .014 = .016 = 1,6%
En este ejemplo hemos determinado α como la parte del rendimiento de una cartera que es independiente del índice de referencia, el rendimiento obtenido a índice plano. Así el α del Depósito era el exceso de rentabilidad que en este preciso momento está obteniendo respecto al Euribor. Veamos otro ejemplo ilustrativo:
Suponga ahora que, en las mismas condiciones anteriores, invertimos en el Ibex comprando todas las acciones que lo componen en sus respectivas proporciones.
En este caso es evidente que β = 1 y que Rcartera = Rindice puesto que son lo mismo.
Obtener como resultado que α = 0 es un juego de niños, obteniendo así una verdad de Pero Bruño, que a la mano cerrada llamaba puño, cual es que el índice Ibex no tiene ningún exceso de retorno sobre el índice Ibex.
Ahora que ya comprendemos un poco α y β, se nos hará claro entender lo que hacen los Hedge Funds en contraposición a los Fondos tradicionales.
Mientras que los Fondos y gestores tradicionales persiguen β buscando carteras que repliquen un índice -o un sector, o una zona geográfica- intentando que su β sea mayor que 1 y sin perder de vista α, la gestión alternativa, los Hedge Funds, persiguen directamente α buscando activos descorrelacionados -con poca β-, o buscando β negativa bien directamente mediante activos largos, o si no los encuentran, mediante operaciones en corto o estructuras derivadas.
Es clave que se percate de lo que he dicho sobre los Fondos tradicionales: sin perder de vista α para entender lo que sigue.
Gestión clásica vs. Gestión moderna: el mercado hoy
Como les decía, yo hasta ahora era de los tradicionales y lo sigo siendo, pero cada vez menos. La razón de mi cambio personal es que en los mercados de estos últimos años, la dominancia de la β en el cálculo de la fórmula de arriba es de tal calado, que anula el papel de α en las carteras tradicionales -no tiene más que ver la volatilidad exhibida en cualquier mercado-.
Por lo expuesto, no hay actualmente gestor alguno que con una gestión clásica -no apalancada-, sea capaz de batir consistentemente al mercado. Y cada vez lo tendrán más difícil, por la sencilla razón de que, en estas condiciones, es imposible generar α, y por tanto el exceso de rentabilidad respecto al mercado tiende a ser cero, como hemos visto en el segundo ejemplo anterior.
Entonces ¿qué hacemos?, ¿nos convertimos en buscadores de α?. Me parece que no queda más remedio.
El bueno, el feo y el malo
Hay muchas maneras maneras de buscar α pero, en el fondo -como casi todo-, se reducen a tres, la buena, la fea y la mala. Voy a decirles cuál es cada una de ellas para mí, aunque admito que cada uno puede tener su propia opinión y que yo puedo estar completamente equivocado.
Conclusiones
¿Tengo entonces que gestionar mis inversiones buscando α? !Desde luego!, ya hemos apuntado que, hoy por hoy, no queda más remedio.
Lo único que debe quedarle claro es que su objetivo no tiene que ser en ningún momento batir a nadie, lo que tiene usted que buscar desesperadamente es generar α que es un concepto muy diferente.
Mire, incluso con sistemas malos puede usted generar α si tiene claro el objetivo final.
Hay dos maneras de trabajar que pueden modificar sustancialmente los resultados de cualquier sistema por malo que sea: una de ellas es la gestión del dinero, el money management, otra tan eficaz como la anterior y mucho más sencilla de usar es el spread trading.
Otra vez que me de la vena explicativa al estilo de hoy, hablaremos de ellas.