En El Blog de K. Bourbaki hacemos uso intensivo de Html5, MVC4 y JQuery, nos verá mucho mejor con Chrome.
En un comentario a la entrada de este blog publicada el día 22, el amigo Carlos García decía lo siguiente que reproduzco textualmente:
Hola Carlos Javier,
Ya sé que te cachondeas de las reglas clásicas de análisis técnico y trading y desde luego debo decir que el SI va contra todo lo tradicional y como sistema bate en resultados a cualquiera basado en el clásico análisis técnico.
Lo que también tengo claro es que hay gente que se gana la vida haciendo trading basado en análisis técnico, gestión del dinero, diversificación y psicología. Y aplican los stop-loss que ya sé que te parecen una chorrada que solo vale para engordar el bolsillo de los comisionistas. Porque yo veo que como no apliques los stops y estés apalancado igual hasta te ventilan la mitad del saldo para trading en un día tonto.
Al final, lo que si me parece lógico es que si cuando pierdes, pierdes poco y cuando ganas, ganas bastante más de lo que pierdes pues a la larga ganarás dinero en el trading, entres por estocástico, por volatilidad o porque hay una borrasca sobre Irlanda
Al final, la clave de todo está en los tamaños de las posiciones, o sea, en el money management al que nadie parece hacer caso. Todos aquí, buscando el santo grial, el sistema que casi nunca pierde y no vemos que la gestión del dinero es la base
¿No crees que con estos postulados se puede ganar dinero a largo si hemos construido un buen sistema de trading que se haya probado en diferentes mercados y sobre una base temporal lo bastante larga?
Me ha parecido tan interesante que voy a aprovecharlo para soltar un poco de lastre filosófico, quiero decir que voy a explayarme diciendo incluso algunas cosas que pienso y que nunca me atreví a contar porque nadie me las preguntaba.
Espero no arrepentirme.
El análisis Técnico y el trading
Nada tengo contra el AT del mismo modo que nada tengo contra el baile. En el baile, la cuestión es divertirse -o simplemente moverse-, hay una gente que baila pasodoble y otra que baila fox, ambas hacen lo mismo: moverse al son de la música.
En el análisis técnico sucede lo mismo, todos se mueven al son del precio y del volumen, unos bailan RSI y otros bailan MACD, otros incluso complican la cosa haciendo baile acrobático y utilizan sistemas derivados de otros sistemas, que a su vez derivan de lo único que tienen: el precio y el volumen.
Miren ustedes, cuando se mezclan aceite, sal, huevos y patatas, todo lo que sale son tortillas. Pueden darle las vueltas que quieran, pero -en el fondo- tortillas.
En esta entrada del blog creo que quedó claro que hay menos información útil en cualquier dato procesado que en el dato puro, y llegábamos allí a sabrosas conclusiones. Y no es que lo diga yo, es que lo dice un montón de gente mucho más inteligente y más puesta, por ejemplo Jacob Bekenstein -al que cito aquí sin pedantería- simplemente para que vean que he procurado dar bases sólidas a mi razonamiento-.
Mi forma de usar el precio y el volumen consiste en tratarlos del modo más sencillo posible: medias móviles simples como método estadístico de análisis de series temporales y poco más.
El que haya gente que se gana la vida -e incluso que se hace millonaria- haciendo trading basado en análisis técnico, me parece poco significativo estadísticamente. Llevo en esto muchos años y no he conocido a ninguno. Por ahora considero esas afirmaciones como cuentos y leyendas populares
El Stop-Loss
Me parece -es sólo una opinión-, que la ignorancia en el campo del análisis bursátil es casi tan extensa como la ignorancia en el campo de la política, que ya es decir.
Esta ignorancia es en muchos casos inevitable porque tratamos de asuntos opinables que, además, analizan procesos o estados futuros; en este sentido no tengo ningún empacho en incluirme entre los ignorantes. Otra cosa es la ignorancia consentida, que en el caso de un inversor particular no tiene trascendencia alguna, pero que, en el caso de de un profesional -llámese analista, bróker, o profesional de la información- puede conducirle a argumentos falaces, por inacción o comodidad y eso es más grave.
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En el caso del stop-loss, hay una evidencia matemática que se ve claramente en el gráfico de la izquierda y que creo que resultará suficiente para la demostración intuitiva que hoy pretendo.
En la figura se muestran dos distribuciones de retornos de un activo cualquiera. La dibujada en color azul es una distribución normal como la que podemos encontrarnos por ejemplo para el Banco Santander o Telefónica. En color rojo he dibujado la distribución percibida por el usuario de stop-loss.
Observen que, tal como dice el amigo Carlos en el comentario que me ha dado pie a esta entrada, el stop-loss lo que hace es anular todas las pérdidas existentes a su izquierda, consiguiendo de este modo que pierdas poco, -justo el área existente entre el stop y el retorno cero para la función normal dibujada-.
¡Sería estupendo que así fuera!, pero... no lo es: Es imposible llegar a una función de distribución como la dibujada en rojo partiendo de la función dibujada en azul por muchas transformaciones stop que apliquemos.
¿No se dan cuenta de que las áreas de ambas distribuciones no son iguales?, ¿donde está el área que falta?, ¿quién se ha llevado mi queso?
En su momento demostraremos que, por muy buena voluntad que se ponga, retorciendo la línea roja a la derecha del stop, nunca podremos trasladar ese área que falta desde la izquierda del stop a cualquier otra zona de la curva de distribución a su derecha. En realidad -como demostraré-, lo que hacemos es conseguir un pico fuerte precisamente a la izquierda del stop, y lo que es más grave: un aplanamiento muy notable de toda la curva de distribución lo que disminuye mucho nuestro beneficio en cualquier punto por encima del cero. Y ésto resulta cierto sea cual sea la distancia desde el stop al cero.
En definitiva, cualquier stop empeora la situación inicial. Y la empeora mucho más y con más certeza cuanto más a la larga.
El Money Management
Nada que decir: funciona.
Conclusión
Lamento decirle a Carlos que, con los postulados que presenta -excepto el último-, lo único que puede hacer uno es divertirse, y ya conocen mi principio: el que se divierte paga.